¿La inteligencia es lo que miden los test?
Los test miden sólo el cociente intelectual, que es el número que representa el grado de conocimiento, comprensión y entendimiento de las cosas.
LA INTELIGENCIA, DEFINIDA POR…
ALFRED BINET: ”La inteligencia de un niño dependía entre su edad cronológica y su edad mental”.
Poniendo un ejemplo, para un niño de 3 años, recitar el alfabeto es relativamente difícil, mientras que para uno de 6 sería relativamente fácil. Por lo que a un niño de tres años que fuese capaz de hacerlo se le consideraría muy inteligente, por el contrario a un niño de 6 que no pudiera se le consideraría menos inteligente (respecto a los niños de su edad).
BIOGRAFÍA: Alfred Binet fue el creador de los primeros estudios sobre la inteligencia, al principio tuvo como primera vocación el derecho y no inició sus estudios de psicología hasta los 37 años de edad. A finales del s. XIX el Gobierno francés obligó a todos los niños a escolarizarse, por eso Binet fue el encargado de confeccionar unas pruebas para saber qué niños tenían retrasos. Estas pruebas las pasó a escolares de entre 3 y 15 años y las llamó Pruebas de Inteligencia.
HOWARD GADNER: "Capacidad de resolver problemas o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas".
La inteligencia no es vista como algo unitario, que agrupa diferentes capacidades específicas con distinto nivel de generalidad, sino como un conjunto de inteligencias múltiples, distintas e independientes.
La brillantez académica no lo es todo. A la hora de desenvolverse en la vida no basta con tener un gran expediente académico. Hay gente de gran capacidad intelectual pero incapaz de, por ejemplo, elegir ya bien a sus amigos; por el contrario, hay gente menos brillante en el colegio que triunfa en el mundo de los negocios o en su vida personal. Triunfar en los negocios, o en los deportes, requiere ser inteligente, pero en cada campo se utiliza un tipo de inteligencia distinto. No mejor ni peor, pero sí distinto. Dicho de otro modo, Einstein no es más ni menos inteligente que Michael Jordan, simplemente sus inteligencias pertenecen a campos diferentes.
BIOGRAFÍA: Nació en Estados Unidos en 1943. Hijo de refugiados de la Alemania nazi, es conocido en el ambiente de la educación por su “Teoría de las inteligencias múltiples”, basada en que cada persona tiene –por lo menos– ocho inteligencias u ocho habilidades cognoscitivas. Investigador de la Universidad de Harvard, tras años de estudio ha puesto en jaque todo el sistema de educación escolar en USA.
Gardner, neuropsicólogo, es codirector del Proyecto Zero en la Escuela Superior de Educación de Harvard, donde además se desempeña como profesor de educación y de psicología; también es profesor de Neurología en la Facultad de Medicina de Universidad de Boston.
En 1983 presentó su teoría en el libro Frames of mind: the theory of multiple intelligences y, en 1990, fue el primer americano que recibió el Premio de Educación Grawmeyer de la Universidad de Louisville.
En 1993 publicó su gran obra Las inteligencias múltiples; en 1997, Mentes extraordinarias. Hasta la fecha ha escrito quince libros:
Arte, mente y cerebro.
La mente no escolarizada;
Educación artística y desarrollo humano y
La nueva ciencia de la mente, son algunos de los títulos, y varias centenas de artículos.
DANIEL GOLEMAN: “Es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos”.
«Los hombres que poseen una elevada inteligencia emocional suelen ser socialmente equilibrados, extrovertidos, alegres, poco predispuestos a la timidez y a rumiar sus preocupaciones. Demuestran estar dotados de una notable capacidad para comprometerse con las causas y las personas, suelen adoptar responsabilidades, mantienen una visión ética de la vida y son afables y cariñosos en sus relaciones. Su vida emocional es rica y apropiada; se sienten, en suma, a gusto consigo mismos, con sus semejantes y con el universo social en el que viven».
«Las mujeres emocionalmente inteligentes tienden a ser enérgicas y a expresar sus sentimientos sin ambages, tienen una visión positiva de sí mismas y para ellas la vida siempre tiene un sentido. Al igual que ocurre con los hombres, suelen ser abiertas y sociables, expresan sus sentimientos adecuadamente (en lugar de entregarse a arranques emocionales de los que posteriormente tengan que lamentarse) y soportan bien la tensión. Su equilibrio social les permite hacer rápidamente nuevas amistades; se sienten lo bastante a gusto consigo mismas como para mostrarse alegres, espontáneas y abiertas a las experiencias sensuales. Y, a diferencia de lo que ocurre con el tipo puro de mujer con un elevado CI, raramente se sienten ansiosas, culpables o se ahogan en sus preocupaciones».
«Los hombres con un elevado CI se caracterizan por una amplia gama de intereses y habilidades intelectuales y suelen ser ambiciosos, productivos, predecibles, tenaces y poco dados a reparar en sus propias necesidades. Tienden a ser críticos, condescendientes, aprensivos, inhibidos, a sentirse incómodos con la sexualidad y las experiencias sensoriales en general y son poco expresivos, distantes y emocionalmente fríos y tranquilos».
«La mujer con un elevado CI manifiesta una previsible confianza intelectual, es capaz de expresar claramente sus pensamientos, valora las cuestiones teóricas y presenta un amplio abanico de intereses estéticos e intelectuales. También tiende a ser introspectiva, predispuesta a la ansiedad, a la preocupación y la culpabilidad, y se muestra poco dispuesta a expresar públicamente su enfado (aunque pueda expresarlo de un modo indirecto)».
BIOGRAFÍA: Goleman recibió su Ph.D. de Harvard, donde también ha sido profesor visitante. Daniel Goleman en la actualidad reside en el Berkshires. Él es co-presidente de El Consorcio para la Investigación sobre Inteligencia Emocional en las Organizaciones, con sede en la Escuela Superior de Psicología Aplicada y Profesional en la Universidad de Rutgers, que recomienda las mejores prácticas para el desarrollo de habilidades de inteligencia emocional, y promueve la investigación rigurosa sobre la contribución de la emocional lugar de trabajo de inteligencia a la eficacia.
Además, Goleman fue cofundador de la Universidad de Yale en el Centro de Estudios de Niños (en la actualidad en la Universidad de Illinois en Chicago), que tiene una misión para ayudar a las escuelas introducir cursos de alfabetización emocional.